jueves, 21 de febrero de 2013

Valor

Valor, arrojo, coraje, audacia...
todo lo que me falta
y sin embargo saco de las entrañas.
Salto con los ojos cerrados,
en mitad de la caída los abro,
imagino como posarme
esperanzada a no estrellarme.
Caja de pandora,
vuelve abrirte
vacíate de una vez por todas,
no empujes a irme
detras de las perdidas horas.
El valor no me traera la nieve,
el arrojo no regresará tu mirada,
el coraje no sirve en la oeste,
audacia, quien dijo que yo la usara.

jueves, 14 de febrero de 2013

Sol

El sol lo inunda todo,
anula todo
a cada minuto, a cada segundo.
No escucho, no huelo, no percibo.
Solo existe un calor
que me acaricia y fustiga.
Placer y sufrimiento.
Brazos que no me sueltan.
Quiero ser libre para sentir tu ausencia
¡Qué nuevamente el frío me inunde!

viernes, 8 de febrero de 2013

Genética


La espera de lo que no llega.
La búsqueda atravesando las normas.
La decepción al perder lo que estaba casi entre tus brazos.
La tristeza ante la pérdiada de lo que se ha temido.
El pánico a obtener lo no buscado.
La eterna duda por interrumpir lo que iba a llegar.
El miedo ante lo desconocido que ha llegado.

Pero cuando llega la alegría nos olvidamos de nuestras compañeras, nos olvidamos de nosotras mismas y dejamos de ser para proyectar un futuro que está nuevamente lleno de quirmeras.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Frío

Si lo que me quedan son recuerdos y fotos, si me deje el corazón entre tus besos de nieve blanca y colores en el cielo; también es cierto que la esperanza no habita en mi pecho. Esperanza que no me visita ni cuando las lágrimas recuerdan tu ausencia. Vuelan mis pensamientos y deseos, miro al norte esperando un regreso. Desde el sur, desde la ciudad del bochorno, reuno fuerzas para que la ausencia de nieve no apague el sol que llevaría conmigo si fuera de nuevo al norte.

viernes, 1 de febrero de 2013

Cielos castellanos

Tierra de pan y vino,
vino que tiñó de sangre antaño, y
pan que busco pero no mata mi hambre.
Sola, surcando el inmenso cielo castellano,
postrándome ante el único,
ahogando mis principios;
los vendo por ese pan que no sacia.
Mientras surco los grances cielos catellanos.
No hay lazos que aten, ni siquiera
los de su majestuoso rio.
No es igual,
no es mi agua, no es mi curso, ni mi camino,
no es mi destino.
Cómo se abren ante mí esos cielos castellanos.
No hay cobijo, no encuentro mi sitio.
Qué se queden los que oran, los mejores, los seguidores.
Mis hombros ya no soportan esos inmensos cielos castellanos.